Publicidad Comparativa: la batalla de marcas
La publicidad comparativa, aquella
en la que el empresario anunciante compara su oferta con la de uno o varios
competidores, identificados o inequívocamente identificables, con el fin de
destacar las ventajas de sus propios productos o servicios frente a los ajenos,
como define el grupo eumed.net, es a
priori una de las más llamativas y eficaces de diferenciar nuestro producto dentro
del sector, en tanto que nos permite destacar de la manera más directa posible
las ventajas del bien o servicio que nuestra empresa vende en comparación con
las demás.
Es especialmente común en Estados
Unidos, donde a lo largo de las últimas décadas varias batallas entre algunas
de las más grandes marcas a nivel mundial se han trasladado al mundo de la publicidad
y los anuncios en la televisión. Para ilustrar algunos ejemplos de estas batallas
veremos os publico algunos vídeos curiosos que creo que os pueden interesar y
entretener.
Samsung vs Apple:
Mcdonald's vs Burger King:
La razón por la que estas cómicas batallas son tan frecuentes al otro lado del charco es que la legislación allí
es mucho más permisiva. En este escenario, el concepto creativo se basa en
opiniones subjetivas, juicios de valor y humor inteligente.
Sin embargo, en nuestro país
raramente encontramos casos en los que las empresas decidan basar una campaña
publicitaria en esta estrategia, más en los últimos años. Esto se debe a que la
legislación española exige que siempre que se emplee la publicidad comparativa
en España la información transmitida sea totalmente objetiva, lo que hace
elaborar una eficaz campaña de publicidad una tarea complicada: en todo anuncio
publicitario exitoso existe cierto grado de subjetividad y exageración de las
virtudes propias, y al compararte con otra empresa la legislación restringe este
carácter subjetivo. Aún así, también podemos encontrar algunos ejemplos de exitosas campañas publicitarias que optaron por compararse con sus competidores directos para promocionarse en el mercado, como fue el caso de don Simón en 2010.
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